Repensando la gordofobia y el racismo
La salvajización, exotización y exposición de los cuerpos negros como atractivo para la blanquitud lleva presente desde la época colonial / esclavista. Desde los “zoos humanos” presentes en numerosas ciudades europeas, entre ellas Madrid y Barcelona, hasta los diferentes documentos describiendo a las personas colonizadas y esclavizadas como salvajes, estas personas han sido pensadas como “otras”. No distan estas visiones de la manera en que se retrata hoy a las personas del Sur global o descendientes de elles en medios de comunicación, libros, etc.
El pensamiento decolonial nos explica de manera intensa el Binarismo creado por Occidente. Una separación del mundo en opuestos: salvaje/civilizado, blanco/negro, rico/pobre, hombre/mujer… responde a intereses económicos. El capitalismo racial comienza con los procesos de colonización y esclavitud, el cuerpo adquiere un valor.
El cuerpo expresa posición en la escala de privilegio (u opresión) racial, clase, pertenencia, etc. Este foco en el cuerpo puede observarse en que la primera diferencia descrita es la corporalidad, solo a partir de ahí puede construirse una narrativa en torno a inferioridad de las personas racializadas,- y, por ende a prácticas entendidas como aceptables y aquellas que no lo son.
Prueba de ello es como en textos coloniales y esclavistas se definen los cuerpos de estas personas negras y marrones de manera animal. Fuerza, tamaño, capacidad de trabajo, etc. Otro sonado caso es el de Sara Baartman o, por poner un ejemplo más actual, el de la persona negra disecada en la ciudad de Bayones (solo uno de tantos cuerpos negros presentes aun en los museos).
A día de hoy, el valor de los cuerpos de las personas racializadas sigue posicionado en aquello que pueden hacer, producir, aportar al capitalismo blanco. Sigue presente con la narrativa de la integración, la necesidad de trabajar para tener papeles, de servzir a la población blanca para poder ser parte de un país.
SARA BAARTMAN Y LA INSTAURACIÓN DE LA GORDOFOBIA
Sara Baartman es una historia esencial para acercarnos a cómo se se instaurar la gordofobia racista. Los cánones de belleza occidentales han pasado por muchos estados, se ha repudiado la delgadez, llegando incluso a pensarse como una enfermedad, se ha adorado la gordura en otros momentos como señal de bienestar social… Pero, se menciona poco, como la Raza ha sido uno de los factores más determinantes en la construcción del imaginario de gordofobia actual. Para pensarlo es importante tener en cuenta algunos acontecimientos centrales: la trata atlántica de personas esclavizadas, el creciente discurso de la ciencia racial, la religión condenando la glotonería como un pecado.
No fue hasta el S. XIX que se estableció ser gorde como algo inmoral, cuando la comunidad médica comenzó a advertir sobre los” peligros de la gordura” y el “exceso de grasa”.
Sara Barhman fue una feminidad del territorio hoy conocido como Sudáfrica. Ella fue llevada en 1814 a Francia, y más adelante a otros países europeos como Inglaterra, donde se la conoció como la “Venus de Hotentote”.
Debido a la “monstruosidad de sus caderas”, era exhibida durante las noches con el pretexto de lo grande que era su cuerpo, especialmente algunas partes como su culo. “Antropólogos y científicos” quisieron estudiarla, incluso tras su muerte, para averiguar si efectivamente era por dentro (órganos, huesos…) semejante a las personas blancas. Cuando falleció, se realizó un modelo de yeso de su cuerpo antes de disecarlo. Además, se preservaron su esqueleto, su cerebro y sus órganos genitales en frascos, que permanecieron expuestos en el Museo del Hombre de París hasta 1974 y se enviaron de vuelta a Sudáfrica en 2002.
Volviendo a la construcción de la gordofobia, según los científicos de la época, la diferencia corporal entre mujeres blancas y negras demostraban las teorías de inferioridad de las personas negras. En ellas se hablaba de les africanes como bárbarxs, salvajes y viciosxs. Por ello, se decía que no tenían la suficiente capacidad intelectual ni control propio para controlar ni lo que comían ni sus conductas sexuales.
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A día de hoy, pensamos que la gordofobia tiene que ver con un discurso médico (esa falsa preocupación por la salud que muchas veces aparece desde la medicina).
Pero en países como EEUU, las personas más obesas son las mujeres negras. La gordofobia se puede definir como el odio estructural hacia los cuerpos gordos, lo cual condiciona enormemente las posibilidades de habitar el mundo.
Pero, es importante pararnos a pensar también como esta opresión esta cruzada por otros ejes como el capacitismo, el racismo, ideas patriarcales sobre los cuerpos. Feministas de la primera ola empezaron a advertir que esta nueva preocupación medica suponía un control sobre sus cuerpos y, efectivamente, así era. Pero se olvidaron de señalar que este control estaba construido en un paradigma racista que decía que no debían parecerse a les negres bajo ningún pretexto. Así, el miedo a parecerse al cuerpo negro como base para el disciplinamiento corporal de las mujeres blancas.
LA HISTORIA RACISTA DEL IMC Y POR QUÉ DEJAR DE USARLO COMO CATEGORÍA UNIVERSAL
El IMC (ÍNDICE DE MASA CORPORAL) fue inventado por Queteleq hace aproximadamente 200 años, un belga que se dedicaba a la astronomía, las matemáticas y la sociología, y quien no era médico. Esta persona llevo a cabo un trabajo sociológico donde buscada identificar al hombre blanco ideal de la sociedad de la época. Fue, además, cofundador de una escuela de criminología en el S XIX donde afirmaba, junto otros criminólogos como Cesare Lombroso, que las personas racializadas eran de otra especie y que de manera natural estaban conducidos a realizar crímenes.
Se decía, eran salvajes de nacimiento. Las medidas tomadas para crear el IMC eran exclusivamente de hombres escoceses y franceses. Se usaron estas medidas para justificar eugenesia y la esterilización forzosa de gente discapacitada y racializada.
Aun así, NUNCA se pensó el IMC como algo individual, más como algo estadístico a nivel de la sociedad blanca. Por lo tanto, la obesidad es una construcción social y, en países donde esto es medido también con indicadores raciales, las personas negras son las más “obesas”. Esto les da espacio al sistema para ignorar otras condiciones médicas, justificarlas con el peso y también a justificar maltrato. Culpar a la “obesidad” es una excelente manera de ignorar falta de alimentos.